miércoles, 14 de mayo de 2014

Las Peladas son a veces también del aire...
Adoran colgarse en los árboles, les gusta trepar y también disfrutan de saltar alto. Creen que algún día... pueden llegar a saltar entre las nubes (y las imaginan esponjosas).

miércoles, 8 de abril de 2009

Las peladas no clasifican, y además, claro, también saben pensar. Es por eso que no saben lo que es el racismo ni la discriminación. Ellas son de diferentes colores y ni siquiera son siempre de un mismo color. A veces no lo son ni dos días seguidos. Por eso no entienden esas cosas, ni las imaginan. Y eso es lo que les permite lograr comprender tantas otras. Ellas llevan la diferencia tan dentro como nosotros la humanidad. Cuando se miran entre si, ven sus almas, el alma fluyendo en ese mismo momento, que tampoco puede definirse como algo esencial ni eterno, sino eso, algo que se mueve, que cambia, que es pero que puede no ser, asi y asa... y esas cosas...

lunes, 13 de octubre de 2008

L E Y E N D A S , V E R S I O N E S , P R E H I S T O R I A

De cómo conocí a las peladas

Fue un día, de casualidad...
Y desde ese momento, no pude dejar de observarlas. De sumergirme más y más en su mundo, que ahora es también mi mundo.

Sé que en algún momento fueron tortugas tristes. Temían de todo, hasta de sí mismas. Solían esconder las cabecitas cuando se sentían tan solas que no podían o no querían ver esa realidad. Al menos eso dicen... Son tiempos ya remotos...

Se cuenta que más tarde fueron sirenas furiosas, desconcertadas. No se hallaban en ese nuevo cuerpo, como si tras cada metamorfosis, hubieran podido conservar aun huellas de vidas y cuerpos y trozos de almas anteriores.
Solían sentir bronca ya que no entendían, y eso les generaba gran enojo. No llegaban a comprender para qué esa larga cola, que les impedía desplazarse como habían aprendido. Leyendas dicen que cada uno de esos cambios fue dejando a estos seres enormes aprendizajes, pero también heridas dolorosas.

Al parecer, tal como conozco hoy a las peladas, han podido hacer de esas marcas una fuente valiosa de su eterna inquietud. Su gran facilidad para sentir (para sensibilizarse por cualquier pequeñez) quizá provenga de antiguas lágrimas derramadas tristemente. Hoy miran adelante y sonríen. Sienten curiosidad por todo, buscan, siempre buscan algo -aunque no siempre encuentran-. Y a veces, si, también a veces, las peladas se sientan junto al lago en silencio, y lloran. Esos son los momentos en que yo, que las miro de lejos, pero no lo suficientemente lejos, las descubro un poco tortugas, un poco sirenas.

viernes, 3 de octubre de 2008

Las peladas

Y resulta que...

Las peladas andan sueltas, y bailan como las flores...


Sin Reloj

Se despiertan con el sol del mediodía...
Y corren apuradas pero felices hacia el lago...
Piensan,
tarde es ya... una nueva jornada espera!


Acerca de sus dificultades y sus habilidades

A veces las peladas se sienten algo extrañas... eso es cuando llegan tarde a algún sitio, cuando se pierden en el bosque, o cuando les cancelan una cita. Es raro que las peladas tengan citas u obligaciones. Por eso se sienten raras. Las peladas se encuentran porque sí... Simplemente se encuentran. Se citan "en un rato" que es demasiado variable y relativo como para precisarlo con agujas.
Cuando se pierden en el bosque, sienten algo de miedo, y eso no es tan poco frecuente pues a las peladas les va muy mal con el sentido de la ubicación.
Es harto probable que olviden cuál es el árbol que les sirve de referencia y hasta que confundan las reglas nemotécnicas que con tanta aplicación han construido para no perderse. Afortunadamente, esto nunca es tan grave... Siempre logran llegar a casa sin mayores complicaciones, solo vagan por un largo rato hasta dar por fin y de casualidad con el camino correcto, o hasta encontrar a otra pelada que (quizá tan perdida como ella) pueda acompañarla en su búsqueda... En el peor de los casos, se quedará en casa de alguna conocida hasta el día siguiente. Siempre con la fresca se busca mejor...


Acerca de sus primaveras

Las peladas son lo que nosotros llamaríamos “alérgicas a todo”. Pero ellas prefieren llamarle simplemente “achuses”. Y como viven en un clima predominantemente primaveral, andan estornudando mientras caminan, bailan, y corren, o mientras hacen sus quehaceres cotidianos.
Aunque pueda sonar molesto, a ellas no les genera el menor inconveniente y de tanto en tanto, aprovechan de los achuses espontáneos y repentinos, para soplar a alguna mariposa. Mientras las miran planear contra la corriente, se entregan a un momento de sonrisa eterna e indefinida...


Sobre sus días grises

Por cierto, a veces las peladas, también tienen días grises. Son aquellos en que las flores deciden esconderse por un rato. Entonces las peladas dibujan arcoiris entre nubes inventadas y sienten algo parecido a la nostalgia.

Sus pasatiempos

A las peladas les encanta caminar de día por el pasto, con los ojos cerrados. Creen que de esa manera sienten mejor el aire tibio en la piel y perciben sonidos diminutos.
También les gusta inventar canciones y palabras. Cuando una les resulta divertida, suelen gritarla tan fuerte, que por unos instantes llegan a asustar a quienes pasan cerca y no tanto.
Admiran los colores de las flores y, de tanto en tanto, saltan lo alto que pueden e imaginan que asoman al cielo.

Sus pensamientos
Las peladas son seres muy inteligentes.
Piensan en imágenes. No en palabras. No en números.
Carecen de nociones de lógica, y de lógica.
Imaginan y crean. Piensan. Forman ideas coloridas, a veces más rígidas, y otras suaves e indefinidas. Juegan con ellas. Las reinventan todo el tiempo.
Las ideas corren ligero, por eso siempre tienen funcionando una suerte de cine dentro.
Y así, viven varias realidades a la vez, y a veces las confunden un poco. Solo un poco. Las imágenes bailan delante de sus ojos y detrás de ellos, con ellas, junto a las flores.

Sus fiestas

Nunca se enteran con anticipo. No pueden (de todas maneras ni se les ocurre) hacer preparativos, armar decoraciones y mucho menos hacer manjares. Eso no les impide andar cualquier día por los bosques y ser arrebatadas por enormes e incontrolables deseos de bailar. Así, llenas de un torpe entusiasmo, comienzan a desparramar brazos y piernas, expandiéndose al paso que inventan y gritan los cantos más alegres que se les van ocurriendo.
De ese modo, y gracias a los golpes que provocan involuntariamente y el volumen descontrolado de sus canciones, es que las demás se anotician de que ese día, hay fiesta. Pasan breves instantes antes de que todas se reunan y colmen los bosques de música.

Las flores

Son las compañeras incondicionales de las peladas.

Las acompañan en cada metamorfosis.
Se calcula que las melenas, a su forma, ya vivían cerca de las flores, se sentían protegidas por ellas.

Actualmente, las flores siguen siendo muy importantes para las peladas, solo que poco ha quedado de su función protectora.
Las peladas disfrutan de mirar a las flores por largos ratos, en silencio. Y también a veces, les inventan canciones que describen sus verdes y violetas profundos, sus aromas frescos.
Cuando las peladas bailan, las flores disfrutan acompañando sus movimientos, meciendo sus pétalos, dejándolos volar, flotar con el viento.